EL AMBIENTE EN LA CAMPERA DURANTE LA ASTE NAGUSIA – SEMANA GRANDE 2009
Pasada la Semana Grande Bilbao de este año 2009, y, aunque con algo de retraso, se hace necesario hacer un pequeño balance de los acontecimientos transcurridos en la Peña Taurina Campera como Asociación que, tanto por su proximidad a la plaza de toros como por los eventos diarios que se celebraron en su local, merece la pena reflejarlos en estas páginas para que queden a la vista de todo aquel que guste de saber y saborear el ambiente que, al amparo de la Fiesta se creó durante los días que aquella tuvo lugar en Bilbao.
Siendo objetivo por mi parte – que no soy persona que se preste a lisonjas – he de decir que el “alma mater” del buen ambiente y funcionamiento ha sido su presidente: José Antonio Pardo, que con la colaboración de algunos miembros de la Junta Directiva, a través del tiempo y desde su cargo ha sabido ser el catalizador de los acontecimientos y un mejor relaciones públicas capaz de aglutinar en el local de la Taurina Campera a personas que, amantes del toro y la tauromaquia se concentran en su sede social para sentirse acogidos y acompañados por una afición que cada año se da cita con puntualidad matemática.
Destacan como eventos trascendentes las tertulias de los representantes de las Asociaciones Taurinas de Vizcaya, así como simples aficionados y también eruditos del toreo que, una vez terminada cada corrida, sin que medien cortapisas ni agradecimientos a ninguna autoridad o estamento comercial o de negocio y, en derredor de una gran mesa donde no falta el buen vino y unas tapas de compaña, debaten y analizan con la mayor objetividad lo sucedido en la plaza: ganadería, comportamiento de los toros, trabajo y faena de los diestros y como no, la actuación de la presidencia y la Organización. Siempre teniendo en cuenta que se trata de la plaza de Bilbao y lo que ello conlleva como prestigio y singularidad.
Pero si las tertulias a pie de plaza son en sí apasionadas y a veces controvertidas según el punto de vista de cada interviniente, no es menos importante que en el local de una asociación modesta como la Taurina Campera, acudan personas de muy distintos lugares de España y de muy diversos países, resaltando gentes de cierta relevancia socioprofesional. Y así nos encontramos con catedráticos de universidad, diplomáticos, industriales, miembros de medios de comunicación y hasta algún político más o menos relevante. El Puerto de Santamaría, Albacete, Valencia, Granada, Madrid, Salamanca, Ávila, Sevilla, Navarra, Guipúzcoa, Cantabria, Caracas, Nueva York, Londres, San Francisco, Baionne, Mont de Marsan, Lyon, Italia, etc. Son algunos de los lugares de procedencia de la variopinta afición que junto con los de la tierra, tienen a gala disfrutar de la amistad la armonía y fraternidad que priman en la Campera.
Local perfectamente adecuado para la elaboración y degustación de la gastronomía, donde la cocina es un arte, no faltan las buenas comidas para celebrar los encuentros y los compromisos que se adquieren con motivo de dichos encuentros propiciados por la fiesta de esa Semana Grande de Bilbao. No faltan a cualquier hora del día en que permanece abierto el local el obsequio a los visitantes del mismo con unas tapas atractivas y originales con las que acompañar a esos tragos de mediodía o por la tarde, cuando ya, acabada la corrida, presta desquitarse de las emociones de que depara el Coso.
Y así se crea un ambiente alegre a la vez que crítico y animado cuando se ven al cabo de un año esos aficionados que antes dije y, que a fuerza del tiempo terminan por cultivar una amistad, de la cual la Campera ha sido el hilo conductor. Eso nos llena de satisfacción y un orgullo sano que nos permite tener ánimos para seguir trabajando, a veces contra viento y marea, para que la Taurina Campera no se hunda en un abandono del que ya en otros tiempos tuvo lugar.
Así pues, para los que tengan el gusto o la curiosidad de colarse en estas páginas, a todos les damos las gracias por su interés, pero sobre todo, mucho agradeceríamos que los que estáis en condiciones de hacerlo, nos echéis una mano con vuestra colaboración – no importa cual sea -para seguir adelante con este proyecto taurino-gastronómico- cultural, de respeto a los demás, hermandad y fraternidad (como reza la Carta de Bienvenida a la Campera.
Y así la Peña Taurina Campera podrá seguir siendo faro con luz propia para satisfacción nuestra y de todos aquellos que desde fuera nos miren y nos admiren.
Pasada la Semana Grande Bilbao de este año 2009, y, aunque con algo de retraso, se hace necesario hacer un pequeño balance de los acontecimientos transcurridos en la Peña Taurina Campera como Asociación que, tanto por su proximidad a la plaza de toros como por los eventos diarios que se celebraron en su local, merece la pena reflejarlos en estas páginas para que queden a la vista de todo aquel que guste de saber y saborear el ambiente que, al amparo de la Fiesta se creó durante los días que aquella tuvo lugar en Bilbao.
Siendo objetivo por mi parte – que no soy persona que se preste a lisonjas – he de decir que el “alma mater” del buen ambiente y funcionamiento ha sido su presidente: José Antonio Pardo, que con la colaboración de algunos miembros de la Junta Directiva, a través del tiempo y desde su cargo ha sabido ser el catalizador de los acontecimientos y un mejor relaciones públicas capaz de aglutinar en el local de la Taurina Campera a personas que, amantes del toro y la tauromaquia se concentran en su sede social para sentirse acogidos y acompañados por una afición que cada año se da cita con puntualidad matemática.
Destacan como eventos trascendentes las tertulias de los representantes de las Asociaciones Taurinas de Vizcaya, así como simples aficionados y también eruditos del toreo que, una vez terminada cada corrida, sin que medien cortapisas ni agradecimientos a ninguna autoridad o estamento comercial o de negocio y, en derredor de una gran mesa donde no falta el buen vino y unas tapas de compaña, debaten y analizan con la mayor objetividad lo sucedido en la plaza: ganadería, comportamiento de los toros, trabajo y faena de los diestros y como no, la actuación de la presidencia y la Organización. Siempre teniendo en cuenta que se trata de la plaza de Bilbao y lo que ello conlleva como prestigio y singularidad.
Pero si las tertulias a pie de plaza son en sí apasionadas y a veces controvertidas según el punto de vista de cada interviniente, no es menos importante que en el local de una asociación modesta como la Taurina Campera, acudan personas de muy distintos lugares de España y de muy diversos países, resaltando gentes de cierta relevancia socioprofesional. Y así nos encontramos con catedráticos de universidad, diplomáticos, industriales, miembros de medios de comunicación y hasta algún político más o menos relevante. El Puerto de Santamaría, Albacete, Valencia, Granada, Madrid, Salamanca, Ávila, Sevilla, Navarra, Guipúzcoa, Cantabria, Caracas, Nueva York, Londres, San Francisco, Baionne, Mont de Marsan, Lyon, Italia, etc. Son algunos de los lugares de procedencia de la variopinta afición que junto con los de la tierra, tienen a gala disfrutar de la amistad la armonía y fraternidad que priman en la Campera.
Local perfectamente adecuado para la elaboración y degustación de la gastronomía, donde la cocina es un arte, no faltan las buenas comidas para celebrar los encuentros y los compromisos que se adquieren con motivo de dichos encuentros propiciados por la fiesta de esa Semana Grande de Bilbao. No faltan a cualquier hora del día en que permanece abierto el local el obsequio a los visitantes del mismo con unas tapas atractivas y originales con las que acompañar a esos tragos de mediodía o por la tarde, cuando ya, acabada la corrida, presta desquitarse de las emociones de que depara el Coso.
Y así se crea un ambiente alegre a la vez que crítico y animado cuando se ven al cabo de un año esos aficionados que antes dije y, que a fuerza del tiempo terminan por cultivar una amistad, de la cual la Campera ha sido el hilo conductor. Eso nos llena de satisfacción y un orgullo sano que nos permite tener ánimos para seguir trabajando, a veces contra viento y marea, para que la Taurina Campera no se hunda en un abandono del que ya en otros tiempos tuvo lugar.
Así pues, para los que tengan el gusto o la curiosidad de colarse en estas páginas, a todos les damos las gracias por su interés, pero sobre todo, mucho agradeceríamos que los que estáis en condiciones de hacerlo, nos echéis una mano con vuestra colaboración – no importa cual sea -para seguir adelante con este proyecto taurino-gastronómico- cultural, de respeto a los demás, hermandad y fraternidad (como reza la Carta de Bienvenida a la Campera.
Y así la Peña Taurina Campera podrá seguir siendo faro con luz propia para satisfacción nuestra y de todos aquellos que desde fuera nos miren y nos admiren.
No hay comentarios:
Publicar un comentario