Después de pasado un tiempo prudencial, que la resaca ha desaparecido y la vida cotidiana ha llevado a cada mochuelo a su olivo, es hora de hacer el correspondiente comentario del desarrollo de la Semana Grande de Bilbao en la Peña Taurina Campera. Porque es conveniente que quede escrito y forme parte de la impronta en el futuro de esta Asociación Bilbaína.
Como en todas las organizaciones, y la nuestra no es menos, sólo unos pocos socios se comprometieron con el trabajo que se genera en el transcurso de esa Semana en que la Peña, durante unas cuantas horas del día se ve invadida, gratamente invadida, por esa afición taurófila que año tras año encuentra en su local el lugar donde sentirse cómoda y arropada, tanto por la Organización de la Campera como por esos otros aficionados que ya le han cogido gusto y se solazan, lo mismo con un sabroso “tente en pie” al regusto de un buen vino o una cerveza fresquita, que con el saludo con aquellos que ya, desde años atrás, con puntualidad inusitada, acuden precisamente para encontrarse, para verse aún vivos y contentos de compartir esa inesperada amistad que surgió en la Peña Taurina Campera justo al empezar o terminar la corrida de toros en la Plaza de en frente: la plaza de Vista Alegre, que, como otra catedral más de Bilbao se sirve oficiar durante una larga semana las más prestigiosas corridas de toros del Ruedo Ibérico.
A lo que vamos. Se dejó notar la crisis, que todo lo invade. Pero ello no fue óbice para que un año más se celebraran en el Local de nuestra asociación un conjunto de actos, entre los que debemos destacar la presentación de la revista Zezenzaleak 15, que en esta ocasión y tras un ímprobo esfuerzo salió a la luz con mayor número de ejemplares y duplicando el número de páginas, con un contenido, a mi juicio, bastante interesante, tanto informativo como formativo. Todo ello gracias a quienes confiaron en nosotros aportando sus anuncios comerciales; pero sobre todo a la persona que en estos momentos, a pecho descubierto, sin más herramientas que su tesón, su habilidad para convencer y su trabajo, ha sido capaz de conseguir la edición de la revista en cuestión, y desde la Federación Taurina de Bizkaia, de la que es vicepresidente, distribuirla al público de forma gratuita. Pero también es el alma mater, como presidente de la Peña Taurina Campera, del desarrollo de todas las actividades en la misma: José Antonio Pardo Casado.
Destacar las formidables tertulias que, acabada cada corrida de toros de cada día, se desarrollaron por parte de los representantes de las peñas y clubes taurinos y de todo aquel que por sus conocimientos en Tauromaquia tuvieron la gentileza de participar. Tertulias que se desarrollan con total imparcialidad sin ser más deudores que de los propios conocimientos o criterios sobre el arte de torear. Ya se sabe, de toros no entiende nadie; pero algunos más que otros. Emocionante ver a todos aquellos que cada día llenaron el recinto: andaluces, valencianos, murcianos, manchegos, catalanes…¿? castellanos, riojanos, cántabros, británicos, venezolanos franceses, norteamericanos etc. y por supuesto los de casa, y oír cómo contrastan su parecer sobre las distintas formas del toreo, los distintos ambientes de la Fiesta en cada lugar, las preferencias de unos y otros por éste o éstos o aquellos diestros o ganaderías. Todo ello en el humilde local de la Campera de Bilbao. Y es que nos lo estamos ganando apulso. Ojalá dure.
Los fogones de la cocina estuvieron ocupados por los cocineros de afición que tanto abundan en la Peña, preparando comidas, tapas y “pintxos” a degustar en la mejor hermandad y armonía, deleitando a los comensales con auténticos manjares que hacen aflorar el mejor de los recuerdos de la Campera en sus lugares de orígen.
Un año más la Taurina Campera está convencida de haber cumplido con su libre compromiso de ser principio y fin de la tarde de toros para los incondicionales que cada año se arriesgan a encontrar en Ella un nuevo amigo y a tener que felicitarnos por Navidad.
Septiembre de 2011, Silax M. secretario de la P.T.C.
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